Con lo que sigue finalizamos el análisis del ensayo "El debate sobre el Mejoramiento Humano y la Dignidad Humana. Una crítica a Nick Bostrom". Entramos a reflexionar sobre las conclusiones a las que llega su autor, el catedrático Vicente Bellver Capella. Dice que, según Kass, Bostrom da por aceptable el sufrimiento humano. Para deducir cuáles son los postulados de este señor (uno de los líderes del movimiento transhumanista), te remitimos al siguiente examen dividido en tramas (tesis bostromianas)... Se persigue la transmutación, en principio mental (en el sentido de cerebral), del ser humano: en "otra cosa". Una. La naturaleza biológica debería(2) estar supeditada, o esclavizada incluso, al ser humano (matizamos: y a "otra cosa"). Dos. Ingenuidad: se preconiza que las dos clases de seres humanos, puros (nosotros) y transformados ("otra cosa"), vivirían armónicamente. Tres. Contradicciones escandalosas: la humanidad viene sufriendo desigualdades de todo tipo desde hace milenios, y esto es contemplado y denunciado por ellos, y resulta que ahora suman otra potencial discriminación (los fines que persiguen). Cuatro. Los supuestos seres posthumanos, más inteligentes y mejor preparados para habitar unas sociedades de alto grado en tecnología sofisticada, se verían autorizados para defender el, señalado por el autor, orden social (añadimos: globalización, "nuevo" orden político, etc.). Cinco. Los valores esencialmente humanos, éticos, morales, filosóficos..., tradicionales, quedarían relegados a otros, posthumanos (es decir, a "otra cosa").
Seis. Sinsentidos: se habla de mayor calidad humanitaria en "hombres" de más alto nivel de capacitación general pero, ¿si no fueran realmente hombres, lo de "humanitario" no estaría de más?... Siete. "Esclavitud": hacia la manipulación de unas criaturas super-inteligentes y super-preparadas -no para la vida moderna, sino, ya, posthumana (para "otra cosa")-, considerando e imaginando que en un futuro, esperemos muy lejano, y anhelemos que nunca llegue, dichas personas, por automatizadas que estuvieren, algo les quedara de humanos. Ocho. Analogía con utilitarismos y ecologismos: se aboga por la dignidad de los artificios de humanidad sucedánea (robots, autómatas, cíborgs...). Nueve. No consideran que los "no aptos", o sea nosotros, en un sistema diseñado a la medida de "otra cosa" puedan decidir por sí mismos no entrar en su juego, diabólico, o para ser más fieles al texto: el autor observa que Bostrom calla sobre este asunto, pero nos preguntamos, ¿será que no tenga argumentos de peso para refutarlo?... Diez. La genética de los hijos podrá ser elegida por los padres, es más, se acusa a la madre naturaleza de poco menos que asesina, lo cual nos impele a seguir con preguntas...: ¿quiénes están detrás de esta doctrina surrealista, perversa, disparatada, cruel y sobre todo INHUMANA? Once. Son irresponsables quienes se opongan a este dogma, ya que es un deber -aludimos de nuevo a la glosa(2)- humano convertirse en posthumano (en "otra cosa"). Doce. A los hijos no hay que darles la oportunidad de que elijan si quieren ser humanos u "otra cosa": los padres estarían en su derecho de decidir de antemano que sus descendientes renuncien (obligados por las circunstancias, claro) al libre albedrío, o dicho con palabras más claras: a la libertad.
Acabamos, con expresiones textuales de V. Bellver Capella en su colofón: "crear seres posthumanos es un atentado contra su dignidad" y contribuye a "romper la igualdad esencial entre todos los seres humanos" [...] "Bostrom no se toma en serio las críticas al posthumanismo, o por lo menos no las refuta de forma solvente"... No hay mucho más que decir, pero sí algo que nos parece trascendental. Estar enfrentado al sistema suele juzgarse, muchas veces, como disfunción ideológica, incluso síquica o similar; el contestatario es catalogado dentro de unos parámetros marginales, a saber, friqui, conspiranoico, antisistema, etc.; pues bien, la lúcida mente de este académico deja patente en este ensayo que no es oro todo lo que reluce en nuestro anillo y que tal vez tras una capa dorada impoluta y brillante se halle un metal gris, deslucido, corrosivo y pernicioso para la piel de nuestro "dedo corazón", el que, según nuestra idea, tendría que apuntar hacia otros lugares, en busca de la verdad(3), y si es menester, girarlo, de derecha a izquierda, o viceversa, si eres zocato, señalando hacia el cielo, en muestra clara de disconformidad con los principios transfulanistas, y es que consentir sin reparo ser conejillo de indias, en el fondo es venderse al mejor postor (un pujador materialista) o vender un alma al diablo.
"Al mal sistema buen humor"
(1) En minúsculas por la poca importancia que tiene desde un punto de vista humano.
(2) Si dependiese de nosotros, este verbo, "deber", lo arrancaríamos de las lenguas, al menos en cuanto a su significado relativo a "obligación".
(3) Ya sabemos que la verdad absoluta o universal no existe, por ser una abstracción, pero seguro que nos entiendes, desconocido lector.
Imagen: pixabay
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