"Nuestra búsqueda de la verdad es constante, por etapas, y el inconformismo e imperfección humanos nos deja cerca de una realidad: lo que hoy damos por bueno, tal vez mañana lo eliminemos, de este sitio y de nuestros principios".

¡Nos vemos en rumble: raowll!

Saludos a quienes nos ven desde: Alemania, Andorra, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Austria, Bangladés, Bélgica, Belice, Bolivia, Bosnia-Herzegovina, Brasil, Bulgaria, Cabo Verde, Camboya, Canadá, Chequia, Chile, China, Colombia, Corea del Sur, Costa de Marfil, Costa Rica, Cuba, Dinamarca, Ecuador, Egipto, El Salvador, Emiratos Árabes Unidos, Eslovaquia, Estados Unidos, España, Filipinas, Finlandia, Francia, Georgia, Ghana, Grecia, Guatemala, Honduras, Hong Kong, Hungría, India, Indonesia, Japón, Kenia, Irlanda, Israel, Italia, Letonia, Líbano, Malasia, Malta, Marruecos, México, Nepal, Nicaragua, Nigeria, Noruega, Omán, Países Bajos, Pakistán, Panamá, Paraguay, Perú, Polinesia Francesa, Polonia, Portugal, Puerto Rico, Región desconocida, Reino Unido, República Checa, República Dominicana, Rumanía, Rusia, Singapur, Sri Lanka, Sudáfrica, Suecia, Suiza, Tailandia, Taiwán, Túnez, Turquía, Ucrania, Uruguay, Venezuela, Vietnam...


COLABORACIÓN MUTUA

Si deseas aportar comentarios e ideas, no dudes en escribirnos: raowl@live.com

Podemos insertar tu obra: plástica, relato, novela, ensayo -si a temática es disidente (no necesariamente), heterodoxa, etc.-, por entregas..., y poemas (de todo tipo)... Otros poetas (Ana Mª Espinosa, Belquis Castillo, David González, Kety Alejandrina Lis, Laura Giordani, Luis Antonio de Villena y Víctor Gómez Ferrer) han intervenido aquí hace años. Muchas gracias a todos.

Niño anónimo muerto en guerra -Óscar Distéfano-

Una vez más publicamos a Óscar Distéfano, uno de sus últimos trabajos. Te sugerimos entrar en su página(*), para que leas otros poemas de similar sensibilidad y medida métrica.


Naturalmente su muerte la calle ha olvidado,
donde la acostumbrada actividad mercante
ha vuelto a la entropía del olvido.

Yo que tengo a mi niño inanimado en el recuerdo
sé lo tenaz que es avanzar por la vida
viendo cómo se esfuma su imagen de luz fresca,
el nítido vocablo de su nombre.

Sólo conozco su cadáver en brazos de su padre;
y en la foto se lee el aire chamuscado,
el polvo rastro del misil,
la momificación de la esperanza.

Desconozco sus datos personales,
las anécdotas con sus amiguitos
y el tono de su risa;
y este hecho me llega
aquí en el hemisferio sur,
donde unos pocos lo han desaprobado
en la mesa dominical de las familias.

Los detalles de la noticia son muy vagos,
aunque su ensangrentado cuerpo
se extiende a la más íntima
codicia de los líderes.

Yo lo recordaré sin duda alguna
en la zona mental de los recuerdos tristes;
y siempre sentiré que su partida
es una canción silenciosa de enérgica protesta.

Siempre me haré a la idea de que su alegría infantil 
tuvo detrás un corazón que crecía a pesar de los estruendos; 
y que dejó de latir súbitamente, 
en tanto se perdía su nombre para siempre. 

Aunque su nombre es lo de menos.



(Publicación permitida por el autor)

(*) Esencia de la búsqueda


VIII. Maternidad. LO BUENO QUE HAY EN EL MUNDO






    Según la RAE, "maternidad", en la acepción primera es, "estado o cualidad de madre". Teniendo en cuenta esto, es la concepción primordial, pues la segunda versa sobre hospital o zona de parto. Nos centramos, pues, en la versión puramente humana (lo bueno que hay en el mundo). Ser madre es una cualidad indiscutible, teniendo en cuenta que la naturaleza brinda a la mujer la oportunidad maravillosa de concebir un hijo. En un mundo transhumano como el que vivimos, o sufrimos, el varón se acerca a pasos agigantados hacia la figura natural humana "mujer", a través de medios técnicos y tecnológicos, amén de otros de carácter psicológico, político, social variopinto, etc... Tras algunas lecturas referentes al concepto "maternidad", se aprecian en el ambiente académico teorías varias y antagónicas en algunos casos, pero parece que, en el fondo, las de corte feminista prevalecen sobre otras, llamémoslas tradicionales, si se prefiere.


Ideas que predominan en estos tiempos acerca de la maternidad 


    -No es una realidad natural, sino cultural.

    -El sentimiento de amor materno, incluso lo instintivo del asunto, es imaginario. 

    -Los planteamientos sobre el tema se realizan en un proceso de cambio constante, en una evolución. 

    -Poco valor a lo mitológico anterior al mundo grecolatino. 

    -El Estado paternal. 

    -La Iglesia Católica paternal. 

    -Sumisión de la madre al padre y a la sociedad. 

   -La madre asume el papel de educadora de los hijos, en colaboración consciente e inconsciente (según casos) con el sistema socio-político-económico-cultural. 

    -Disociación madre-mujer. 

    -Maternidad: opción personal de la mujer. 

    -Angustia y complejos de la madre, más sentimientos de culpa. 

    -Sociedad, moral y religión, en un escalón por encima del amor materno. 

    -Predominio de lo simbólico en cuanto a las figuras de la madre y el padre (lo que en antropología suele denominarse "género"), ¿vs. realidad histórico-legendaria, dualidad irrenunciable y natural hombre-mujer?. 

    -La mujer y el hogar. 

    -Más importante el hijo que la madre, para la sociedad. 


Influencias 


   -A través de la historia: aumentos demográficos, métodos anticonceptivos, la familia, el niño, las clases sociales... 

  -De las estructuras de los estados (política, sociedad, economía, cultura...) en la maternidad. 

    -De las tradiciones. 

    -Del tiempo presente. 

    -De la cultura, como antítesis del orden natural. 


Algún colofón 


    El juicio "maternidad" no solo habría que recogerlo de tradiciones grecolatinas, porque la humanidad, antes de aquellos tiempos, ya existía de sobra. Es como pretender mentalizarse de que un hombre de ochenta años ha de memorizar parte de su vida, deconstruyéndola hasta alcanzar su etapa vital de cuando tenía treinta o cuarenta años... ¿qué pasa entonces con su niñez, adolescencia y primera juventud?, ¿qué influencias en su psique anula, desprecia u olvida?... Si se reclama que es simbolismo la idea hombre-mujer, también podemos cavilar que la noción "género" es a su vez simbolismo. Tal vez la idea de realidad sea más cabal para acercarnos a la palabra protagonista de este análisis, "maternidad". Si eres varón o mujer, existes, simplemente, sin razonamientos extremos, sin tropos, y sobre todo sin artificio: o eres hombre o eres mujer, la naturaleza es más sabia, organizada, pretérita y "perfecta" que la humanidad, en conjunto o individualmente. Una mujer ha nacido para desarrollar sus cualidades "infinitas" humanas, y una de ellas (fundamental para unos y opcional para otros) es la maternidad, nos guste o nos traiga sin cuidado (ambas preferencias, respetables).




"Lo bueno que hay en el mundo es el mundo que hay en lo bueno"

Imagen: pixabay



El autómata -Ricardo Guadalupe-




Ricardo Guadalupe regenta un sitio web más que interesante, en él puedes leer asuntos tan variados como "Las palabras", "Lecturas", "Relatos con abrelatas", "Literatura Hispanoamericana", "Frases en el muro", etc. Ha publicado un primer libro, "Palabras literarias"... Todo ello y más en TIENES MI PALABRA. Os dejamos ahora con un poema suyo, "El autómata", que comienza con una inspiración y acaba con otra inspiración, el último verso.







El autómata

Inspiro y espiro
Inspiro y suspiro
Inspiro, inspiro y aguanto la respiración.

Al principio todo es calma y quietud
siento los latidos como si un reloj
estuviera marcando el paso del tiempo.

Comienzo a soltar el aire
y con él los recuerdos.

Empiezan a estrangularse mis pulmones.
Trago saliva y me concentro en el momento en que,
cuando era pequeño, me arranqué de un portazo
una muela que tenía atada al picaporte.

Mi vida y mi muerte mantienen un pulso.
Ante mi boca una gran ola de aire espera para romper
y continuar su ir y venir inundándome y secándome después.

¿Qué ocurriría si todo se detuviese,
si los anillos de Saturno dejaran de rotar,
si los ñus del Serengeti dejaran de migrar,
si dejara de desear cosas imposibles?

Mi resistencia expiró y la gran ola de vida se precipita dentro de mí.
Poco a poco la máquina normaliza su funcionamiento.
El autómata ganó el pulso con su principal arma: La ignorancia.






Con el permiso del autor (© Ricardo Guadalupe)






              





IV. Pétalo. LO BUENO QUE HAY EN EL MUNDO




    Un pétalo (por ejemplo, el de una rosa) es una porción de flor, una parte de la esencia, en un amplio sentido, de una especie floral, lo cual es obvio, aunque quizá no tanto... Un pétalo por sí mismo ¿podría ser considerado flor?, ¿en todo caso, parte-flor?, ¿es flor no solo el todo de la flor?, ¿o podríamos pensar, y decir, "una característica sobresaliente de la flor"?... La palabra "pétalo" se puede discurrir, pronunciar, leer, escribir, y sobre todo intuir. Ahora, la razonamos: su aroma se encuentra en un lugar situado a años luz de ciertos olores humanos, animales, industriales, etc., es lo divino frente a lo mundano. Un pétalo es perfecto, si entendiéramos la perfección en consonancia con la suavidad en el tacto, la armonía en la forma, una fragancia en el olfato, o simplemente lo bello (lo bueno que hay en el mundo): antítesis de lo burdo... Si la espina en una rosa es la razón que ella tiene para defenderse del "mal", el pétalo es la intuición, porque te eleva a lo que no es altura, te explica lo inexplicable y te centra... Cuando posas en la palma de tu mano un pétalo sitúas en tu espacio personal el universo entero, y esto no es saber, demostrar o razonar, sino existir. Un pétalo (imagen a pequeña escala de la belleza universal) "te existe", no eres tú quien "se existe" a sí mismo en un orden de continua creación instantánea. Incluso un pétalo "muerto" sigue vivito y coleando, por ejemplo en el interior de un libro, entre dos páginas: tumba del asunto, cloroformo petal, arcón contenedor de algún pretérito congelado en una forma, un olor, una textura... El fin de la escama de una rosa es una muerte dulce, lenta y extraordinaria: la belleza no se destruye, se transforma. Decir "pétalo" no equivale a "pétalos", pues el plural despersonaliza, mientras que el singular refuerza la esencia. Lo múltiple se correspondería con presupuestos analíticos, en cambio lo indiviso con lo puro, sintético, intransferible, auténtico e insuperable, más lo natural. Aunque el conjunto de pétalos conforma un trozo de la flor, una homogeneidad, al arrancarle uno disminuimos cantidad y calidad. El pétalo-unidad es un total indivisible (cuando no interviene la mano artificiosa del hombre).
   



"Lo bueno que hay en el mundo es el mundo que hay en lo bueno"

Imagen: pixabay


El “transhumanismo” más allá de la tecnología -Javier Elzo-





Os ofrecemos esta vez este ensayo de Javier Elzo(2), Catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto. Nos deja impresiones acerca del transhumanismo y reflexiones sobre ello (de él y de otros autores) y también sobre diferentes perspectivas en lo concerniente a la tecnología, en cómo la valoramos, y su influencia en nuestra manera de pensarla: algo así como un flujo de doble sentido. Seríamos tecnófilos y tecnófobos... El poder de internet sobre nuestras mentes... ¿Las tecnologías son medios  al servicio del ser humano?... ¿Qué es el movimiento transhumanista?... ¿Los grandes retos a que se refiere el transhumanismo lo son para la humanidad, o para dicha ideología?... Las últimas palabras de J. E., a nuestro modo de ver, no tienen desperdicio: "constato que estamos ante dos planteamientos: uno, el de los que, con seriedad y rigor, desean mejorar la especie humana pero sin perder su humanidad y el de los que, como Kurzweil y otros, abogan por la “tecnofabricación” de una posthumanidad de una especie radical y definitivamente diferente de la nuestra. Y en esto último no estamos solamente en cuestiones de tecnología, sino en una ideología que, más allá de toda ética, se pone de rodillas ante la tecnología".


El “transhumanismo” más allá de la tecnología.



En cada uno de nosotros hay un tecnófilo (agradecemos que la técnica nos ayude en nuestra vida cotidiana) y un tecnófobo (renegamos de la esclavitud de las “maquinitas” en la que, a menudo, nos caemos). Como tecnófilos pues no podemos no agradecer que, por ejemplo, una prótesis nos ayude a poder andar sin dolor, que comunicarnos por correo electrónico nos facilite el intercambio de mensajes, rápida, cómoda y casi gratuitamente. Pero somos tecnófobos cuando vemos padecer a nuestros mayores por un encarnizamiento terapéutico que les impide salir de esta vida con dignidad. Somos tecnófobos cuando constatamos que la gestión que antes no llevaba media hora, en la actualidad, con los protocolos que nos imponen las administraciones públicas o privadas, o los cambios que llevan a cabo las empresas informáticas para vender más, nos lleva medio día, si somos capaces de completarlas. (El libro de David Graeber “La Utopía de las normas”, Ariel, 2015, muestra la maraña en la que la burocracia y la tecnología informática nos han conducido). Seguro que el lector puede multiplicar los ejemplos.

El dilema de Nicholas Carr. Estamos en el dilema que hace pocos años nos planteaba la lectura del libro de Nicholas Carr “Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?”. Taurus, Madrid 2011. Propone dos grandes tesis en presencia: los “instrumentalistas” versus los “deterministas”. Por un lado “los intrumentalistas” que sostienen que las herramientas tecnológicas son, en si mismas consideradas, neutras. Son instrumentos, son medios, de los que nos servimos los humanos y están subordinados a nuestros deseos y prioridades, a nuestros fines en última instancia. Los fines, los objetivos, los ponemos los humanos y las tecnologías no serían sino medios para lograr más fácilmente esos fines.

Pero Carr se aproxima a la tesis determinista al escribir que “los medios no son solamente canales de información. Proporcionan la materia del pensamiento y también modelan el proceso de pensamiento” (Pág.18) llegando a afirmar más adelante que pueden llegar a modificar el funcionamiento del cerebro humano, cuestión a la que dedica todo un capítulo. Al final de su libro escribe que “programamos nuestros ordenadores y, posteriormente, ellos nos programan a nosotros”. Recibimos infinidad de informaciones, de forma casi instantánea, de fuentes que, a menudo no controlamos, informaciones que no sabemos (¿ni podemos?) priorizar de tal suerte que “más información puede significar menos conocimiento” (Pág. 257). Y va todavía más lejos cuando, citando el trabajo de Kandel “In search of memory”, escribe que “para algunos tipos de pensamientos, especialmente la toma de decisiones morales sobre las situaciones sociales y psicológicas de otras personas, es necesario dejar pasar el tiempo y la reflexión adecuadas. Si las cosas están sucediendo demasiado rápidamente, no siempre se pueden asimilar bien las emociones acerca de los estados psicológicos de otras personas” Sería temerario saltar a la conclusión de que Internet está minando nuestro sentido moral. Pero no sería aventurado sugerir que, a medida que la Red redibuja nuestro camino vital y disminuye nuestra capacidad para la contemplación, “está alterando la profundidad de nuestras emociones y nuestros pensamientos”. Carr (pp. 265-266). Pero, con el movimiento transhumanista, creo que le disputa ha dado un gran paso.

He de confesar, de entrada, que hasta el martes 3 de noviembre pasado, no sabía nada del movimiento “transhumanista”, que algunos denominan como lo humano “aumentado” y que, por lo que leí ese martes en el TGV que me llevaba a Paris, nace en 1998 como una Asociación transhumanista mundial fundada por un sueco, Nick Bostrom, que advino, en inglés, “Humanity +”­. 

¿En qué consiste el movimiento transhumanista?...

En el Dossier que leí en el diario “La Croix” ese día, - y que continuo en la lectura de los otros tres que publicó ese mismo mes de noviembre -, en palabras de Jean Michel Besnier, profesor de filosofía de la universidad Paris Sorbona (1), “se trata de un movimiento que pretende mejorar al hombre, “aumentarlo”, gracias al poder de las ciencias y de las técnicas. Los transhumanistas tienen la ambición de transcender los límites biológicos del ser humano, terminar con la enfermedad, el sufrimiento, el azar del nacimiento, y también el envejecimiento y la muerte. Diciendo esto, continúa Besnier, no estamos hablando de cosas fantasiosas, pues hay equipos que están trabajando en la actualidad en este sentido, y con considerables aportaciones financieras”. (En la Web de la universidad de la Sorbona, de donde copio la ilustración de este artículo, puede leerse la entrevista completa en este enlace, lo que no creo posible en el cotidiano: http://www.la-croix.com/Ethique/Sciences-humaines/Pour-les-transhumanistes-les-technologies-vont-sauver-l-humanite-2015-11-03-1375816). Cita Besnier en su entrevista el proyecto “Calico”, que busca prolongar los limites de la esperanza de vida, proyecto sostenido por Google. Entren en Internet en “Calico proyect Google” y leerán, en su entrada, que “Nos estamos enfrentando al envejecimiento, uno de los mayores misterios de la vida. CALICO es una empresa de investigación y desarrollo, cuya misión es aprovechar las tecnologías avanzadas para aumentar nuestra comprensión de la biología que controla la vida útil. La ejecución de esta misión requerirá un nivel sin precedentes de esfuerzo interdisciplinario y un enfoque a largo plazo para la que la financiación ya está en marcha”. (Consultado el 08/11/15). En efecto, en septiembre de 2014, Google anunciaba una inversión 1,5 billones (con “b”) de dólares para este proyecto. http://www.la-croix.com/Ethique/Sciences-humaines/Pour-les-transhumanistes-les-technologies-vont-sauver-l-humanite-2015-11-03-1375816

En el Dossier de La Croix nos ofrecen una bibliografía de veinte títulos, solamente en lengua francesa, de la que siete son del presente año 2015. Siendo un lego total en el tema, con la bibliografía en la mano me dirigí a una de mis librerías preferidas en Paris, “Compagnie”, rue des Ecoles 58, para pedir consejo y hacerme con algunos libros sobre el transhumanismo. La responsable de Ciencias Humanas, que ya me conoce, no solamente me atendió con suma amabilidad, lo que no siempre es el caso con nuestros vecinos del norte, sino que en un pispás me trajo ocho libros, algunos de los cuales no estaban en la lista de “La Croix”. Me dijo que, en fechas pasadas, habían consagrado una vitrina de la librería al tema. Sí, todavía quedan libreros, aunque lo tienen crudo con la competencia de Amazon que, por cierto, ejerce la censura, en los comentarios a los libros. Doy fe.

La ciertamente singular “Singularity University”. Me hice en mi librería parisina con dos libros y estoy en su lectura. Uno de ellos, “L´humain augmenté”, dirigido por Édouard Kleinpeter, físico de formación e ingeniero investigador en el Centre Nacional de Recherches Scientifiques (CNRS), editor del volumen el año 2015, es un elenco de 14 textos que abordan el movimientos desde diferentes disciplinas. El otro, “La tentation transhumaniste” de Frack Damour, Ed. Salvator 2015. Damour detalla, (página 46 y ss.) la importancia de la “Singularity University” en Silicon Valley, fundada por Ray Kurzweil, uno de los “gurus” del movimiento transhumanista, Universidad que se presenta con esta idea: “Nuestra misión es educar, inspirar y empoderar a los líderes de aplicar tecnologías exponenciales para hacer frente a los grandes retos de la humanidad” (Consultado en Internet el 08/11/15). Entienden por tecnologías exponenciales las que se insertan bajo el acrónimo “NBIC”: nanotecnologías, biotecnologías, informática (Big Data e Internet) y la ciencia cognitiva (inteligencia artificial y robótica). El transhumanismo considera ciertos aspectos de la condición humana, “como la minusvalía, el sufrimiento, la enfermedad, el envejecimiento o la muerte como inútiles e indeseables”, (en la Web. de Sing. Univ.) superables gracias a las sinergias que el movimiento está poniendo en marcha.

Así dicho, ¿quien no se apuntaría a esta quimera?. El deseo de vivir eternamente, no padecer enfermedades, no envejecer, controlar el color de los ojos de los niños, antes del nacimiento etc., etc., que sean altos, guapos e inteligentes tiene una gigantesca atracción. Luego, también, poder y financiación.

En efecto, los credos de este movimiento están en línea con los de los poderes económicos y políticos. Según estos, la prosperidad económica pasa por la innovación tecnológica (que no necesariamente científica) y debe alentarse al máximo. Además, cabe pensar en otra razón. Después de las barbaridades del siglo XX, el hombre de hoy ya no se ama a sí mismo. La humanidad parece atravesar una profunda depresión marcada por esa falta de auto-estima que origina, a su vez, el apego a las máquinas. Para decirlo de otra manera: puesto que el hombre es tan falible, ya que su voluntad condujo a lo peor, ¿por qué no confiar en las máquinas y trabajar para el surgimiento de una nueva humanidad?. Así el hombre de hoy, (básicamente en masculino), pone en las maquinas su futuro.

Un cardenal aborda el tema en su discurso de investidura Doctor Honoris Causa. Después he sabido que el Cardenal Gianfranco Ravasi en el discurso que pronunció, en su investidura como Doctor Honoris en la Universidad de Deusto, el 4 de marzo de 2014, bajo el título de “Los nuevos desafíos del diálogo entre la moral y la ciencia” ya se había referido al “transhumanismo, propuesto por Julien Huxley en clave social y transferido en los años ochenta del siglo pasado al ámbito científico” y citaba a Robin Hanson cuando afirmaba que “el transhumanismo es la idea según la cual las nuevas tecnologías probablemente cambiarán el mundo en el próximo siglo y en los siguientes, hasta tal punto que nuestros descendientes ya no serán, en muchos aspectos, humanos”. Serán “transhumanos” e incluso “posthumanos”, y en cualquier caso, “postdarwinianos”.

Ravasi aborda en su conferencia los desafíos que la ciencia plantea a la moral y a la religión. Y concluyó su conferencia con estas palabras. “No por casualidad Max Planck, el gran artífice de la teoría cuántica, en su Conocimiento del mundo físico, no dudaba en afirmar que «ciencia y religión no están en contraste, sino que tienen necesidad la una de la otra para completarse en la mente de un hombre que piensa seriamente». Se trata de un diálogo epistemológicamente riguroso y respetuoso, incluso necesario. Hasta tal punto que Einstein, en su autobiográfico Out of My Later Years llegaba a acuñar la famosa fórmula: «La ciencia sin la religión es coja. La religión sin la ciencia es ciega». Y al final de su existencia, en 1955, en una especie de testamento, dejaba en su Mensaje a la humanidad una llamada (…): «Nosotros, los científicos, dirigimos una llamada como seres humanos que se dirigen a seres humanos. Recordad vuestra humanidad y olvidad el resto»”.

Filósofos y científicos se inquietan. Nadie pone en duda la bondad de los progresos científicos en los campos de la sanidad, de la educación y de lo que se quiera. Pero aquí se pretende, incluso, cambiar la especie humana y del transhumanismo algunos ya piensan en el posthumanismo. Es lo que escribía Luc Ferry, renombrado filósofo francés, ministro de educación con Mitterand, en un artículo que publica en “Le Figaro” el jueves 5 de noviembre pasado bajo el titulo de “La revolución transhumaniste” que comienza así: “Sobretodo no crean que se trata de ciencia ficción. Recientemente un equipo chino ha logrado reparar el genoma de células humanas embrionarias. Esto es, ya las biotecnologías son capaces de modificar nuestra especie de manera potencialmente irreversible como desde hace años es una realidad en los OGM (organismos genéticamente modificados) vegetales”.

Yo no tengo las competencias para valorar en su justa medida el alcance de determinados aspectos del movimiento trashumanista. Pero cuando leo, en el Dossier de “La Croix”, en palabras de Jean Michel Besnier, que “el físico Stephen Hawking, el fundador de Microsoft, Bill Gates, y el ingeniero Elon Musk se han inquietado recientemente de las amenazas que la inteligencia artificial hace pensar sobre la especie humana”, yo también me inquieto. Preguntaré a amigos de esas ramas de la ciencia qué piensan de todo esto. Pero, como ya me hacen entrever mis todavía escasas lecturas sobre el tema, constato que estamos ante dos planteamientos: uno, el de los que, con seriedad y rigor, desean mejorar la especie humana pero sin perder su humanidad y el de los que, como Kurzweil y otros, abogan por la “tecnofabricación” de una posthumanidad de una especie radical y definitivamente diferente de la nuestra. Y en esto último no estamos solamente en cuestiones de tecnología, sino en una ideología que, más allá de toda ética, se pone de rodillas ante la tecnología.  


Texto publicado en http://ssociologos.com/2015/11/29/el-transhumanismo-mas-alla-de-la-tecnologia/

Redactado en Donostia San Sebastián, 23 de noviembre de 2015

Javier Elzo




Publicado con el permiso del autor




(2) Bibliografía de Javier Elzo: en su página web




OTRA COSA, transhumanismo (1) y DEPREDACIÓN -vigesimoctava entrega-




    Con lo que sigue finalizamos el análisis del ensayo "El debate sobre el Mejoramiento Humano y la Dignidad Humana. Una crítica a Nick Bostrom". Entramos a reflexionar sobre las conclusiones a las que llega su autor, el catedrático Vicente Bellver Capella. Dice que, según Kass, Bostrom da por aceptable el sufrimiento humano. Para deducir cuáles son los postulados de este señor (uno de los líderes del movimiento transhumanista), te remitimos al siguiente examen dividido en tramas (tesis bostromianas)... Se persigue la transmutación, en principio mental (en el sentido de cerebral), del ser humano: en "otra cosa". Una. La naturaleza biológica debería(2) estar supeditada, o esclavizada incluso, al ser humano (matizamos: y a "otra cosa"). Dos. Ingenuidad: se preconiza que las dos clases de seres humanos, puros (nosotros) y transformados ("otra cosa"), vivirían armónicamente. Tres. Contradicciones escandalosas: la humanidad viene sufriendo desigualdades de todo tipo desde hace milenios, y esto es contemplado y denunciado por ellos, y resulta que ahora suman otra potencial discriminación (los fines que persiguen). Cuatro. Los supuestos seres posthumanos, más inteligentes y mejor preparados para habitar unas sociedades de alto grado en tecnología sofisticada, se verían autorizados para defender el, señalado por el autor, orden social (añadimos: globalización, "nuevo" orden político, etc.). Cinco. Los valores esencialmente humanos, éticos, morales, filosóficos..., tradicionales, quedarían relegados a otros, posthumanos (es decir, a "otra cosa"). 

    Seis. Sinsentidos: se habla de mayor calidad humanitaria en "hombres" de más alto nivel de capacitación general pero, ¿si no fueran realmente hombres, lo de "humanitario" no estaría de más?... Siete. "Esclavitud": hacia la manipulación de unas criaturas super-inteligentes y super-preparadas -no para la vida moderna, sino, ya, posthumana (para "otra cosa")-, considerando e imaginando que en un futuro, esperemos muy lejano, y anhelemos que nunca llegue, dichas personas, por automatizadas que estuvieren, algo les quedara de humanos. Ocho. Analogía con utilitarismos y ecologismos: se aboga por la dignidad de los artificios de humanidad sucedánea (robots, autómatas, cíborgs...). Nueve. No consideran que los "no aptos", o sea nosotros, en un sistema diseñado a la medida de "otra cosa" puedan decidir por sí mismos no entrar en su juego, diabólico, o para ser más fieles al texto: el autor observa que Bostrom calla sobre este asunto, pero nos preguntamos, ¿será que no tenga argumentos de peso para refutarlo?... Diez. La genética de los hijos podrá ser elegida por los padres, es más, se acusa a la madre naturaleza de poco menos que asesina, lo cual nos impele a seguir con preguntas...: ¿quiénes están detrás de esta doctrina surrealista, perversa, disparatada, cruel y sobre todo INHUMANA? Once. Son irresponsables quienes se opongan a este dogma, ya que es un deber -aludimos de nuevo a la glosa(2)- humano convertirse en posthumano (en "otra cosa"). Doce. A los hijos no hay que darles la oportunidad de que elijan si quieren ser humanos u "otra cosa": los padres estarían en su derecho de decidir de antemano que sus descendientes renuncien (obligados por las circunstancias, claro) al libre albedrío, o dicho con palabras más claras: a la libertad.

    Acabamos, con expresiones textuales de V. Bellver Capella en su colofón: "crear seres posthumanos es un atentado contra su dignidad" y contribuye a "romper la igualdad esencial entre todos los seres humanos" [...] "Bostrom no se toma en serio las críticas al posthumanismo, o por lo menos no las refuta de forma solvente"... No hay mucho más que decir, pero sí algo que nos parece trascendental. Estar enfrentado al sistema suele juzgarse, muchas veces, como disfunción ideológica, incluso síquica o similar; el contestatario es catalogado dentro de unos parámetros marginales, a saber, friqui, conspiranoico, antisistema, etc.; pues bien, la lúcida mente de este académico deja patente en este ensayo que no es oro todo lo que reluce en nuestro anillo y que tal vez tras una capa dorada impoluta y brillante se halle un metal gris, deslucido, corrosivo y pernicioso para la piel de nuestro "dedo corazón", el que, según nuestra idea, tendría que apuntar hacia otros lugares, en busca de la verdad(3), y si es menester, girarlo, de derecha a izquierda, o viceversa, si eres zocato, señalando hacia el cielo, en muestra clara de disconformidad con los principios transfulanistas, y es que consentir sin reparo ser conejillo de indias, en el fondo es venderse al mejor postor (un pujador materialista) o vender un alma al diablo.

                       



"Al mal sistema buen humor"



(1) En minúsculas por la poca importancia que tiene desde un punto de vista humano.

(2) Si dependiese de nosotros, este verbo, "deber", lo arrancaríamos de las lenguas, al menos en cuanto a su significado relativo a "obligación".

(3) Ya sabemos que la verdad absoluta o universal no existe, por ser una abstracción, pero seguro que nos entiendes, desconocido lector.


Imagen: pixabay

  

INTELIGENCIA IMPENSABLE, transhumanismo (1) y DEPREDACIÓN -trigesimosexta entrega-




    Hoy no escribimos sobre nada predeterminado. Escribir es pintar, y sobre todo es jugar, a colocar sobre líneas letras que forman palabras (estas, imitan ideas). Una idea es pereza y la escritura nos despereza, porque tira de nosotros, nos arranca con sutileza conceptos coordinados, nos dejamos llevar para construir oraciones más o menos complejas, que solemos leer más tarde para recolectar los frutos, que esperamos sean maduros. Hoy no escribimos sobre nada pensado de antemano. Escribir es una droga que no mata y no enferma, salvo que mueras de otra guisa, no física, y no intoxica ni duele ni te transforma en subhumano. Escribir es dialogar contigo mismo y tal vez sea por esta razón que se dice que el hombre es doblemente sabio, teniendo en cuenta que uno habla (el parlante) con otro (el escuchador) -si dos charlan al mismo tiempo, ninguno se entera de casi nada, o malinterpretan algo-. A nuestro modo de entender este asunto, solo habla en nosotros una inteligencia racional, y es la intuitiva la atenta y observadora, que no se compromete a nada, y sobre todo que no piensa: comprender esto es fundamental para saber de qué hablamos, en estos párrafos y en nuestra tesis continua.

    En el mundo académico te enseñan, porque te exponen, métodos asentados, y otros que surgen y modifican con levedad los ya existentes, a estructurar nuestro pensamiento a partir de informaciones externas, desde tesis ajenas, fuentes oficiales y otras (oficiosas) mostradas fugazmente, de algún modo ignoradas, porque se hace referencia a ellas como hipótesis chocantes o increíbles... El universo intuitivo es muy distinto, escribes y no sabes por qué, una fuerza extraña atrae hacia sí tu mano y la coloca sobre el papel para que escribas. Las imágenes mentales asoman de suerte espontánea, no hay programación consciente, ni mecánica ni automática ni racional pura: hay inteligencia impensable o natural o intuitiva; es un empuje que abre puertas del almacén de la memoria (o subconsciente), pero más que nada ordena, inexplicablemente: aquí, se interpreta lo inconcebible como una mezcolanza de una dualidad, razón lógica-razón intuitiva, y es que una regula y otra se desentiende de argumentaciones: no las necesita porque equivale a otra cosa, a otra naturaleza o a otro tipo de conocimiento.

    ¿Qué tendría que ver todo esto con una crítica al transhumanismo?... Sencillo, se nos ocurren dos clases de programación de lo humano: lo sustancial y lo sustitutivo. Un ser transhumano sería una inventiva científica modificadora de lo síquico y lo físico; en cambio, un ser humano es naturalidad, amor, hijo de la naturaleza -al menos en parte, en el supuesto caso de haber sido intervenido genéticamente por los célebres y literarios dioses-, sentido del humor e infinitas esencias; entre ellas, las que se te ocurran, desconocido lector... ¿A quién le agrada ser atendido, en una llamada telefónica, por un contestador automático?   

      




"Al mal sistema buen humor"

(1) En minúsculas por la poca importancia que tiene desde un punto de vista humano.


Imagen: pixabay



SOCIEDAD PSICOPÁTICA, TRANSHUMANISMO Y POSTHUMANOS Y LAS VENTAJAS DE LA PSICOPATÍA -Daniel Pérez-



Insertamos esta vez otra versión de "transhumanismo", bajo prisma de Daniel Pérez. En el fondo de sus opiniones subyace el tema "psicopatía", que por cierto, quizá sea uno de los puntos cruciales que habría que comprender para acercarse a lo que esconde esta civilización milenaria: ¿tal vez psicópatas infrahumanos?... Su criterio consta de los siguientes conceptos (hemos elegido algunos): movimiento intelectual internacional, posthumanidad, filosofía, manipulación, hedonismo, tecnología, materialismo, sociedad de robots, esclavitud..., pero es importante resaltar, para no llevarnos a engaño, las siguientes palabras literales suyas: "Que quede claro que no estoy en contra de la tecnología, de hecho, estoy muy a favor".

Te recomendamos, también, leer enlaces, al final del artículo, sitios web del autor, donde poder conocer un poco acerca de sus actividades, opiniones, artículos, etc.



SOCIEDAD PSICOPÁTICA, TRANSHUMANISMO Y POSTHUMANOS Y LAS VENTAJAS DE LA PSICOPATÍA



En el presente artículo voy a tratar primero algo que ya hemos comentado con anterioridad, como la sociedad actual es el hábitat perfecto para los psicópatas e como incluso, promueve los comportamientos y actitudes psicopáticas. ¿Cuáles son estas actitudes? Las propias de la gentuza, lo que coloquialmente llamamos "hijos de p--a". 

Hombres autoproclamados "maestros de la seducción" que utilizan la manipulación y también la estupidez de algunas mujeres a las que les pone caliente el "hombre malo y sexy" para conseguir sexo, dinero y fama....y lo más extraño de todo, hacer ver que eres esta clase de hombre (lo digo por experiencia), funciona. 

Por ejemplo, el éxito de series de tv como "sexo en New York", donde las protagonistas son 4 zorras, tontas, ridículas y superficiales cuyas preocupaciones son el sexo y las compras...si este es el ejemplo para la mujer moderna, entonces la mujer ha caído más bajo que los hombres. 

Otro ejemplo, nos lo proporciona un hombre, psicólogo para más señas, para evitar problemas, no mencionaré su nombre ni su obra, pero baste decir que sus libros, que al parecer son bestsellers, explican como la psicopatía es una garantía de éxito en la vida hoy día, como muchos de los rasgos que forman la psicopatía son deseables y ventajosos para triunfar en los negocios, el sexo, etc...¿La sabiduría de la psicopatía"?....parece que se intenta hacer ver que los rasgos de la psicopatía, o sea, comportarse de forma parecida a ellos no es malo. 

Ya solo falta decir que el presidente de la Organización Mundial de la Salud tendría que ser un psicópata. 

El psicópata nunca va a ser un gran profesional en nada, no tiene ni la profundidad ni la creatividad necesarias. Si tiene, en cambio, mucho morro, pocos escrúpulos y gran capacidad de engaño. 

Para acabar, mi opinión sobre la corriente de pensamiento que propugnan los científicos y teóricos del Transhumanismo...que según ellos nos llevará en el futuro a la posthumanidad. 

Según esta corriente filosófica: 

"El transhumanismo es tanto un concepto filosófico como un movimiento intelectual internacional que apoya el empleo de las nuevas ciencias y tecnologías para mejorar las capacidades mentales y físicas con el objeto de corregir lo que considera aspectos indeseables e innecesarios de la condición humana, como el sufrimiento, la enfermedad, el envejecimiento y la mortalidad.

Los autores transhumanistas estudian las posibilidades y consecuencias de desarrollar y usar la tecnología con estos propósitos, preocupándose por estudiar tanto los peligros como los beneficios de estas manipulaciones" 

Es una paradoja que este movimiento sea exactamente el peligro del que nos hablaba Aldous Huxley en su novela "Un Mundo Feliz". 

Básicamente promueve el final del humano, fruto de la evolución natural de las especies. En el futuro, el humano habrá trascendido los límites de la naturaleza usando la tecnología y la ciencia----que en mi opinión, se convertirá, si no lo es ya, en el nuevo Dios y creará una raza de seres hedonistas y materialistas. 

Entre sus "geniales" ideas están: convertir a los seres humanos en cyborgs, a través de la biotecnología, ingeniería genética, la tecnología de la información, la nanotecnología molecular y la ciencia cognitiva, y a algunas hipotéticas pero posibles, que se anticipan, como la inteligencia artificial, el "almacenamiento mental" (mind uploaling) o la crionización. 

El objetivo, erradica la enfermedad, mejorar el cuerpo físico y la capacidad mental, eliminar rasgos indeseados como la violencia o los celos, e incluso, eliminar la muerte! 

Este extracto es un resumen para mi nada prometedor de esta corriente:   

"Estos posthumanos alcanzarán capacidades intelectuales mucho más altas de las actuales, tendrán más memoria y más inteligencia; serán resistentes a las enfermedades y al proceso de envejecimiento, por lo que tendrán un tiempo ilimitado para aprender más y generar más habilidades; tendrán vigor ilimitado y no se sentirán cansados, hartos o irritados; controlarán sus deseos, estados mentales y emociones; tendrán una capacidad más grande para el placer, el amor, la apreciación del arte y la serenidad; experimentarán estados de conciencia que el cerebro del humano actual no puede siquiera sospechar, etc. Hasta tal punto serán los posthumanos capaces de diseñarse a sí mismos y a su mundo de un modo radicalmente nuevo y diferente, que nosotros, los humanos, sencillamente no podemos ni imaginarlo."  

Que quede claro que no estoy en contra de la tecnología, de hecho, estoy muy a favor. 

Pero si en el futuro no tenemos ni siquiera la opción de sentirnos tristes, ¿cómo podremos tener empatía hacia los demás seres?....¿cómo podremos tener inquietudes espirituales si vivimos en un mundo de placer y sin problemas?....¿cómo evitaremos los abusos de esa tecnología por parte del poder?...¿dónde quedaría el libre albedrío y la libertad?....¿quién garantiza que no se hará un uso parcial de la ciencia a favor de ciertos grupos? 

Suena a una sociedad de robots. Una sociedad en la que el psicópata campará a sus anchas con la vida resuelta y mucho tiempo para esclavizar a los demás. 

 Daniel Pérez





Con el permiso del autor.


(También puede buscarse como: juegosucio.psicopatía)


Otros sitios del autor:


El transhumanismo -Francisco Bermúdez Guerra-



Seguimos con aportaciones de la idea "transhumanismo". En esta ocasión le agradecemos a Francisco Bermúdez Guerra su opinión sobre ello. Nos habla de movimiento filosófico-científico, de algunos riesgos derivados de manipulaciones genéticas y de sobrepasar ciertos límites puramente humanos. Para él la tecnología no es un problema para la humanidad, hay que ver su lado positivo, pero la felicidad en el hombre va mucho más allá de lo técnico estricto. Te invitamos a esta interesante lectura. 



El transhumanismo



Es un movimiento filosófico-científico basado en la creencia de que la tecnología puede mejorar al hombre desde el punto de vista biológico y genético. De esta forma, se podrían engendrar seres humanos con cuerpos resistentes a determinadas enfermedades, con ciertos rasgos físicos, e incluso, se podría mejorar su capacidad mental e intelectual.

Independiente de si esto es posible o no, me parece que lo realmente relevante es su ámbito ético y moral. El transhumanismo suena atractivo, sería la respuesta a la utopía de una sociedad perfecta, tal como la describiera Aldoux Huxley en su novela Un mundo feliz. Sin embargo, presenta –en mi opinión- algunos peligros; por ejemplo, la manipulación genética con fines de perfeccionamiento racial, la peligrosa segregación que generaría la división de humanos “normales” y de humanos “mejorados genéticamente”, las desconocidas consecuencias en la naturaleza y en el cuerpo humano de una manipulación genética, y la cosificación de ese mismo cuerpo humano para ayudar a otras personas que no han sido manipuladas en su ADN.

Ahora bien, desconozco la forma de lograr este mejoramiento genético del hombre, no soy científico ni médico, pero sí puedo afirmar que el problema del transhumanismo no está en la posibilidad de hacer realidad este desarrollo sino en su utilización. Como todo avance tecnológico, desde la elaboración de un martillo, pasando por la pólvora, la luz eléctrica y la energía nuclear, el problema siempre es el mismo: su finalidad.

Sería una panacea que los seres humanos nacieran inmunes desde pequeños a ciertas enfermedades, o que fueran más fuertes y más inteligentes, sería algo espectacular; pero si el transhumanismo se utiliza como mecanismo de concentración y aglutinación de poder, estaremos bordeando los límites de lo que se deber hacer y de lo que no se debe hacer.

Obviamente, los avances tecnológicos también han servido para suministrar poder a Estados, a empresas, a organizaciones y a individuos; y si el transhumanismo se utiliza para esto, pues estaríamos frente a una repetición de conductas que nos tienen como nos tienen: al borde de la extinción.

Todo avance tecnológico debe servir para mejorar la convivencia humana, para hacer de este planeta un mejor lugar para vivir sin exclusiones; pero si nuevamente estos avances se desarrollan con la finalidad de dominar y de explotar, no se ha evolucionado.  

El gran problema del hombre no es tecnológico, o técnico, es moral. Si viviéramos en un mundo menos avanzado en lo científico, pero más desarrollado en lo moral, nuestro planeta sería un verdadero paraíso. Yo no culpo a la tecnología de los males de la humanidad, al contrario, estos han facilitado un mejor estar y un mejor vivir para el hombre; pero, creer en la premisa de alcanzar un mundo feliz basado exclusivamente en los avances tecnológicos, es una equivocación.

Si se logra la utopía transhumanista pero sin avances morales, lo único que se habrá obtenido es que el hombre viva más años, tal vez cien o ciento cincuenta, pero persistirán los problemas de violencia, de hambre, de injusticias, de guerras, de conflictos. ¿Por qué? Es fácil de explicar; el instinto de dominación y de acaparamiento de recursos por parte de unos cuantos siempre llevará a que hayan personas marginadas, excluidas; esas personas que se sienten discriminadas harán todo lo posible para conseguir su supervivencia, y volveremos al problema de siempre: creación de bandas delictivas, terrorismo, crimen, aberraciones, etc.

Si los seres humanos logramos convivir pacíficamente entre nosotros, con o sin manipulación genética, crearemos una sociedad de ilimitado bienestar y de verdadera felicidad. Si se llevan y se aplican los mismos valores –que ahora padecemos- a un mundo transhumanista, tendremos los mismos problemas de ahora.

¿Se puede manipular al hombre genéticamente para que sea mejor moralmente? Yo creo que no, y como ya dije no soy ni científico ni médico, pero sí soy sensato, o por lo menos pienso con los pies en la tierra. La moralidad o inmoralidad del hombre no están basadas en su composición genética; están basadas en los valores que residen en su alma, en su mente, en su conciencia; sobre algo no físico, no genético, no corporal. Para mejorar al ser humano moralmente solo hay una vía: modificar sus hábitos a través de la educación, de la cultura.  

La utopía transhumanista sin valores positivos podría transmutarse en una distopía, en una pesadilla; el avance tecnológico de la sociedad humana debe caminar paralelamente a un avance moral, ya que lo uno sin lo otro lo podríamos comparar al símil de un perro tratando de morderse la cola. Bienvenida la discusión…





Con el permiso preceptivo del autor:




(1) Bibliografía (recogida de su sitio web):

Nació en Bogotá (Colombia). Se graduó de Bachiller académico del Colegio Réfous, donde estudió con el mítico rector monsieur Roland Jeangros. Entró a estudiar Jurisprudencia en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, donde se desempeñó como monitor académico de cátedras como Teoría Económica con el célebre doctor Ernesto Caballero, y Hacienda Pública. Fue aceptado como miembro del Consejo Editorial de la revista Temas Jurídicos, en el cual sólo tenían asiento nueve estudiantes que comprobaran su suficiencia académica y su inclinación por la investigación. Elegido por el Consejo Editorial de la Revista Temas Jurídicos como Director General de la misma. Se graduó de Abogado en 1999. Siendo miembro de la revista Temas Jurídicos escribió artículos como “Aproximación al derecho económico a través de la banca central” en coautoría con el doctor Bernardo Salazar, “La responsabilidad política y penal del Presidente de la República” en coautoría con el doctor Raúl Sánchez, y “ La soberanía ante los procesos de integración”. Ingresó a prestar sus servicios como abogado de la oficina jurídica del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA) desde septiembre de 1999 hasta marzo de 2.006. En el año 2002 fue designado como catedrático de la Universidad del Rosario de la materia Conceptos Jurídicos Fundamentales, donde también ha sido profesor de Derecho Civil Personas y Familia en 2011. Ha sido igualmente conferencista invitado en la Facultad de Filosofía de la Universidad del Rosario en la Cátedra Bogotá, y en el Diplomado de Control y Vigilancia Sanitaria de la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP). En el año 2006 crea el Blog jurídico de Francisco Bermúdez Guerra, sitio virtual en el cual se han publicado artículos de materias como Derecho Constitucional, Derecho Comercial, Derecho Civil, Derecho Penal, Propiedad intelectual, Derecho Administrativo, entre otras. También, en los últimos años, ha sido impulsor de las ideas de cooperación y ayuda, a través del Blog FBG Filantropía. En 2008 junto con otros autores crea el blog colectivo "Reunión de blawggers internacionales". En 2009 participó como conferencista en el Primer Encuentro de Blawggers (autores de blogs jurídicos) celebrado en la Universidad Externado de Colombia. Coautor del libro "Los blogs jurídicos y la web 2.0 para la difusión y la enseñanza del Derecho". Fundador de Blawgs Global Society. En 2011 participó como conferencista en el Foro "La importancia de América Latina en el siglo XXI" compartiendo panel con el ex presidente de Colombia Alvaro Uribe Vélez y los profesores Enrique Serrano y José del Carmen Ortega.  Autor de las novelas "La dignidad de los soldados del tiempo dorado", "Venus sonríe como tú", "El unicornio del bosque de las mariposas", "Robots en índigo", "Capricornio mágico",  "Arikayasis" y "Afrodita celeste en los templos de cobre". Recientemente ha publicado varios ensayos en la página web "Razón Pública". Fundador e impulsor del proyecto cultural "Arikayasis". Fundador y director de FBERMUDEZG MEDIOS.