"Nuestra búsqueda de la verdad es constante, por etapas, y el inconformismo e imperfección humanos nos deja cerca de una realidad: lo que hoy damos por bueno, tal vez mañana lo eliminemos, de este sitio y de nuestros principios".

¡Nos vemos en rumble: raowll!

Saludos a quienes nos ven desde: Alemania, Andorra, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Austria, Bangladés, Bélgica, Belice, Bolivia, Bosnia-Herzegovina, Brasil, Bulgaria, Cabo Verde, Camboya, Canadá, Chequia, Chile, China, Colombia, Corea del Sur, Costa de Marfil, Costa Rica, Cuba, Dinamarca, Ecuador, Egipto, El Salvador, Emiratos Árabes Unidos, Eslovaquia, Estados Unidos, España, Filipinas, Finlandia, Francia, Georgia, Ghana, Grecia, Guatemala, Honduras, Hong Kong, Hungría, India, Indonesia, Japón, Kenia, Irlanda, Israel, Italia, Letonia, Líbano, Malasia, Malta, Marruecos, México, Nepal, Nicaragua, Nigeria, Noruega, Omán, Países Bajos, Pakistán, Panamá, Paraguay, Perú, Polinesia Francesa, Polonia, Portugal, Puerto Rico, Región desconocida, Reino Unido, República Checa, República Dominicana, Rumanía, Rusia, Singapur, Sri Lanka, Sudáfrica, Suecia, Suiza, Tailandia, Taiwán, Túnez, Turquía, Ucrania, Uruguay, Venezuela, Vietnam...


COLABORACIÓN MUTUA

Si deseas aportar comentarios e ideas, no dudes en escribirnos: raowl@live.com

Podemos insertar tu obra: plástica, relato, novela, ensayo -si a temática es disidente (no necesariamente), heterodoxa, etc.-, por entregas..., y poemas (de todo tipo)... Otros poetas (Ana Mª Espinosa, Belquis Castillo, David González, Kety Alejandrina Lis, Laura Giordani, Luis Antonio de Villena y Víctor Gómez Ferrer) han intervenido aquí hace años. Muchas gracias a todos.

Catálogo de antigüedades (Santiago Montobbio)

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Besitos y mordisquitos en las orejitas era lo que escribíamos
al final de unas postales no tan obscenas como horteras,
también en los hociquitos y Viva el Mejillón Peludo
cuando las enviábamos a niñas adorablemente estúpidas
y Gola Pola Amapola qué tal las misiones en Angola
o de mayor yo también quiero ser cura
si iban dirigidas al gris colegio horrible,
besitos y mordisquitos o cabramozabigote!
en la época de la continuada borrachera
que un estómago medio buzón medio prodigio
aún digería, besitos, mordisquitos y no sé por qué
ahora también recuerdo ininterrumpidos veranos
y sobre todo a Javier borracho, cayéndose y cantando
a las seis de la madrugada en la Plaza Artós,
Javier parando a un repartidor para enseñarle
cómo en el infantil cuaderno de dibujo
que alguien había ideado regalarle a Ana
el elefante coloreado de amarillo
quedaba superlativamente cojonudo y fíjese usted,
no me he salido para nada de los bordes, ¿verdad
que a la señorita ha de encantarle?: besitos, cervezas,
mordisquitos, noches, desiertos o Javier o la Plaza Artós
en la cara del pobre hombre: inconcebibles cosas así
son las que me vuelven y las que tengo que anotar
para cuando tenga tiempo o ganas de escribir
en falso verso un inservible catálogo
de antigüedades. Y en los márgenes del papel
no puedo olvidarme de apuntar que ya muy al principio
de una adolescencia extremada me acostumbré
a coleccionar en los descosidos bolsillos de mis ojos
huidizas madrugadas, a coleccionar o robar al tiempo
pequeñas muertes, azúcar de piernas, adioses,
pañuelos y lunas, pozos, cuchillos, ternuras
y que esa temprana afición por las cosas que no sirven para nada
sin duda tuvo la primera y quizá más grave culpa
de que acabara aceptando complacido, y sin más,
el convertir en una completa inutilidad mi propia vida,
muy irresponsablemente sonriendo ante los infinitos
lo que hay que ver, un chico de sus posibilidades,
mira que deja el Derecho para perder el tiempo
escribiendo versitos, lo peor es que así
es como acaban comunistas y ya es lástima
que mi particular ejército de abuelas
resignadamente recitaba.
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Por cortesía del autor
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El árbol del mundo

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Me preguntó mi persona acerca del árbol del mundo;
le contesté a mi persona, rizomáticamente:

Una rama del mundo (todas y cada una
de las conciencias racionales que brotan de esa rama),
es consciente de un objeto.

Las otras ramas del mundo, desconocen el objeto.

Una particular conciencia sabe
de una rama del mundo, a través de la experiencia.

Dicha particular conciencia ignora las otras ramas del mundo.

Una conciencia (humana u otra) tiene auto-conciencia
de que una rama del mundo de un objeto es consciente.

Una racional conciencia es
auto-consciente de otras ramas ignorantes del objeto.

Una conciencia auto-consciente es,
por mor de la memoria, de una rama del mundo.

Esa conciencia sabe que desconoce un mundo
velado a su conciencia.

Una noción que engloba en su en sí la conciencia
de los ocho elementos anteriores,
es un sujeto que pregunta: ¿quién es ese sujeto?
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poessia
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Límites lejanos

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Lo que acontece en este mundo,
toda esta luz a mis ojos,
se me aparece distante, fugaz e inaccesible:
negación de mi yo, y un silencio angustioso.

Tras cada instante percibido,
surge un extraño mundo nuevo,
como un monstruo de infinitas
cabezas fantasmales.

No lo alcanzo con mi abrazo.
Descompuesto en eternas facciones
de incomprensibles sueños, este universo abarca
límites lejanos, impalpables y extraños.
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poessia
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El Universo

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El silencio es mi existencia, en él me reconozco
Al otro lado del espejo
En el silencio me intuyo diseccionando mis manos,
Por ellas pasa el tiempo con las suyas grabando
Surcos cruces flechas
Luces metas lustros
Betas pulsos bucles
El silencio es la espera de la muerte del silencio:
Preludio de la voz
Y la eterna inquietud de aseverar lo incierto
El universo es
El infinito del silencio
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poessia
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Ego azul

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Un sombrero azul turquesa
sobre una piedra caliente
(fulge como una brasa)
monolítica y marmórea

Renazco de ese sombrero:
mi naturaleza es etérea

Lo que circunda es el mundo:
cantos de pájaros, cantos
rodantes sobre cerros
sobre lomas y montañas

Me desprendí de mi ego azul
y ahora vago por los bosques
y ahora vago por las aguas
sin cuerpo, sin mente
sin personalidad

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poessia

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Deshojando una maya

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Mis dedos deshojan la maya
hoy el cielo se disipa
estoy entre arena y el mar:
dos pisadas son dos moldes
dos pisadas sobre la tierra
o el pasado y su reflejo

El silencio son las estrellas
un paisaje es el vacío
pronuncio quietud y respiro
me abandono a mi otro yo
habitador en el sosiego:
las estrellas son silencios

Hoy trazo una línea volátil
sobre horizonte infinito
intuyo un ahora de tiempo
no pensable no imposible:
mañana es arcano de ayer:
soy un náufrago turbado
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poessia
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Al otro lado de la puerta

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A la puerta llaman. Son dos sonidos, profundos,
que dejan un vibrar similar al que deja
la poesía que se escribe para los poetas,
como dijo Gustavo Adolfo Becquer:
“quedan vibrando las cuerdas de un arpa”.

Un íntimo silencio, peculiar de lo humano,
la palabra del alma, o el sonido interior,
paraliza todos los músculos
como efecto de causa -son las cuerdas del arpa-,
y excita los sentidos, los propios del oído.
Ya no duele la migraña, se ha convertido en madeja,
acomodada en el cerebro como un saco de dormir
en un macuto; y por los ojos
brotan unas manos invisibles
que palpan lo que no puede ser comprendido: las cosas.
Entre el sofá y la puerta de la calle
hay cosas, y más allá de los sonidos profundos
se intuye una presencia.

Han pasado unos segundos
(células del cuerpo eterno). La cadencia
respiratoria es lenta y silenciosa.
Se puede estirar el tiempo, su naturaleza es elástica.
Él se encuentra más allá del espíritu o sus manos,
y queda rezagado más atrás del instante más contiguo,
como haciendo la goma, con el fin
de alcanzar la distancia que lo proteja del peligro.

Su mirada se abre como puertas de Karnak.
El umbral es un templo egipcio de ciclópeas columnas.
Los dioses respiran al otro lado de la puerta.

La filosofía es el arte
de explicar con argumentos la incomprensión de las cosas.
En esta noche de invierno, sus argumentos no constan
de un lenguaje (la palabra), pero existen revelados
a través de los gestos. Se desdobla:
característica humana.

Sigue pasando el tiempo, cada segundo es un ¡gong!,
hondo y metálico. Su sangre, tremulante, late al ritmo
de la angustia, y le proyecta hacia el siguiente segundo,
hacia su libertad, la de ser hombre:
existe en su sofá, empotrado en su yo.

Al otro lado de la puerta, aquello que nunca llega:
El futuro.
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poessia
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El músico -Óscar Distéfano-

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Oigo los tímidos acordes,
en áspera armonía combinados,
ascender y bajar en compases hirientes.

Noto los dedos duros, malheridos
sobre el teclado indócil,
vertiendo progresiones imprecisas.

Tenaz, el alma,
lanzándose frenética en su fe,
desde la cima con el mismo tono,

surca al final —bemoles, diesis, tónicas—,
la consonancia del heroico vuelo
en el olvido azul del gris aprendizaje.
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Por cortesía de Óscar Distéfano (autor)
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POEMAS ANTIPÁTICOS -Introducción-




POEMAS ANTIPÁTICOS





Introducción



    Escribimos este poemario para darle rienda suelta a nuestra contemplación diaria. La calle es una casa de los espejos, y en ella nos vemos reflejados, nunca iguales, en movimientos blandos y distorsionados, en expresiones irreconocibles, en otros, incluso en cosas, y sobre todo en espacios móviles, movimientos continuos, profundos, sombríos, y a veces fulgentes. Serán retazos, encadenamientos, escrituras automáticas, desvergüenza, pluma deslenguada, etc., aunque también afectos, explícitos o velados.


  POEMAS ANTIPÁTICOS es un proyecto arquitectónico, porque tendrá cimientos, pilares, tabiques, etc., es decir, una estructura. El edificio, una vez leído el poemario de principio a fin surge (o así tendría que ser) como imagen sintética, absoluta, fija en la mente, lo cual ya no sería responsabilidad del autor, sino de la imaginación del lector. En realidad, esto es lo que suele pasar con todo tipo de lecturas, queda al final un sedimento. Escribimos esta introducción de manera contraria a como mandan los cánones, porque, desde un punto de vista académico, habría que hacerlo al final de un proceso de análisis y desarrollo, ya que se trataría, pues, de un resumen indicador de lo que viene después. Nosotros construimos la casa por el tejado (en cierto sentido); en todo caso, para cambiar este texto hay tiempo. Se vive el momento, como cuando uno se encuentra en la calle, en el mundo, lejos o relativamente alejado de la comodidad del hogar. 

  Las palabras bonitas, dulces, agradables a la vista y al oído, no forman parte de la idea principal, pero hay cabida para ellas, no obstante. Este universo prosaico que "sufrimos" -lo entrecomillamos porque hay mucho espíritu burgués implantado en la sociedad, y la auténtica angustia (tema que tiene interés, ideal para desarrollar como base para otra construcción futura), en esa idiosincrasia, es relativa- es demasiado crudo y real, tanto, que los tiempos de poemas impecables y estéticos (en el sentido más ortodoxo del concepto), para nosotros, ya han pasado, aunque no se sabe hasta cuándo, por aquello de que el mundo gira y la vida es movimiento y cambio constantes. 

    Si hay aversión es por el sistema, por sus fabricadores (o por los iniciadores hace, tal vez, cientos de miles de años, de un cambio, de la naturaleza al artificio humano), por los psicópatas que manejan los hilos, por el nuevo orden mundial ya iniciado desde hace décadas, por la globalización, por el capitalismo extremo, por los genocidios, etc., nunca por la gente de la calle: la calle es mucho más que la calle. 



poessía

Laberíntico rito

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Las antenas que me quieren
brotar encuentran la estructura
craneal como su escollo,
y un Ángel de Orión*, cantado por Antonio
Vega, las estimula a repetir su tic
nervioso constante. La guitarra es un cuadro
pintado en unas horas encajadas sobre espacios
de libertad de las antenas libres.
El insecto que habita en el tiempo más distante
de avance de la cadena
humana recuerda otros tiempos,
por ejemplo, los de Arquíloco*. Todo
se encuentra instalado sobre la base de símbolos.
Hay un laberíntico rito
que en música transmuta,
y se expande por el mundo
como notas que decrecen hasta la incomprensión
que crece hasta la infinitud
que crece hasta lo abstracto que crece
hasta el escepticismo.
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poessia
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*Un poema de Arquíloco
*Algunos datos sobre Arquíloco; también sobre Simónides
*Ángel de Orión
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No puedo decir no debo

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El verano se aproxima
con su encanto, las tormentas

Salgo al campo a respirar
la humedad que por los huecos
o escondrijos de tarántulas
sobresalen como nimbos

El viento glorioso silba
y el corazón en mi pecho
silba, y un coche abandonado
rechina. Hay un sapo encubierto
bajo tierra, o entelequia

Soy el dueño de un secreto
verde, veloz y escurridizo
me lo llevo a la tumba
de mi cama, al sueño

Pasa un tren por dos vidas
paralelas e infinitas
mi casa es un tren
mi casa es paralela
a otra vida y a otro tren
infinito y paralelo

Observo las hormigas
como quien observa el mundo
las observo y me pregunto
las observo y me respondo:
no puedo decir no debo

Me aproximo al verano
para versar en los huecos
-todos mis dientes rechinan
todas mis manos crujen
tengo tantas manos
como hormigas mis ojos
como mis ojos potencias-
huecos como cabezas
de hormigas paralelas
a juicios infinitos
a intelectos agentes
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poessia
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CRONOS -Ana Mª Espinosa-

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Montague Dawson (1895-1973). Crescent Moon. . .
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La existencia es un galeón fantasma
que atraviesa el mar de niebla del tiempo,
un alma que se arrastra en las mareas
en un cuerpo deshecho entre las rocas,
para llegar inerte al puerto de la guadaña.
Con suerte, aparece el arco iris.
Alguna vez.
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Con el beneplácito de la autora, Ana Mª Espinosa
del poemario PINTANDO VERSOS
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Información:
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Dejo, en relación a la mitología, a Cronos, a Hesíodo (Las cinco edades del mundo; Los trabajos y los días), algunos enlaces:
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arcón número ciento veinticuatro

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Te rompes la cabeza para escribir un poema,
pero en realidad de nada sirven
tus títulos académicos;
te rompes la cabeza tratando de extraer
del arcón aquellos cultos términos:
el latín, la Grecia Clásica, y también otros poemas,
o simplemente te asientas
sobre la superficie creativa
en tu espacio, aunque tu espacio
acaso sea un vagón, o la acera
de tu ciudad. Te rompes la cabeza
pensando si poesía es literatura o no,
o si basta escribir con el alma, aunque nadie sepa qué es el alma.
Te rompes… la cabeza tratando de hallar un yambo (1)
adecuado o la mitad de una falange. Te rompes…
buscando la vida o la verdad,
porque la vida puede ser la verdad del momento.
Te rompes la cabeza para
dormir con los sesos esparcidos sobre las sábanas:
el sueño es la muerte: cada noche te recompone.
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(1) yambo (pinchad)
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poessia
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Pronunciose el silencio

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¡Qué mala es la envidia!,

Le dijo un ser humano a Dios,

Y adelantándose el demonio al todopoderoso contestó:

Si la envidia es perfidia de un hombre a otro hombre

(Odio, encono, maldad: mi personalidad),

¡Qué bueno es ser hombre!,

Y adelantándose Dios al sonido contestó:

Si ser hombre es el hambre de anhelar perfección

(Bondad, amor, piedad: mi personalidad),

¡Qué malo es ser Satán!,

Y adelantándose un eco al silencio contestó:

Si el veneno está en el seno y el coseno del alma humana,

Espíritu creado a imagen y semejanza

De Dios, ¡qué malo es ser Dios!,

Y pronunciose el silencio…
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poessia
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¿Y si las palabras?

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¿Y si las palabras albergaran un misterio:
un extenso pergamino
confiscado en un cofre de cobre,
soterrado por un sumerio
y ocultado en un sueño infinito:
la memoria colectiva?

Ha muerto tanta gente...
Tantos eslabones perdidos...
Tantas preguntas sin respuesta...

¿Y si fuesen las palabras soluciones imposibles?
¿Y si el gran arcano convergiera en el silencio?
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poessia
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Letras bajo la piel

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Tienes ambigüedad de muelle
ternura de faro
fragancia a mar
y esa rara habilidad de esconderte
bajo la piel.
Después, entiendes
sabes cómo quitarme la ropa
y derramar agua fresca
sobre el pelo.
Has dejado pisadas de duende
sobre el abrigo
y la palabra "siempre"
zurcida a mi pechera.
Eres ese tatuaje
sobre el hombro desnudo
un recuerdo grande
que vive dentro de la sed.
Música tras la oreja.
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Ana María Espinosa
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Por cortesía de la autora
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imagen: alasalamarenor.blogspot.com
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Una cáscara azul

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Fragmento de "Dolor tras dolor"
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"¿Dónde el mal, sus revólveres, sus llamas?
La sirena se arroja,
Va tras la salvación,
Con apremiante angustia"
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"Clamor: a la altura de las circunstancias", 1963. Jorge Guillén


Pela con el aire una cáscara, y corta -tanto silencio desprendido del frío-
El derramado grito en la noche de la duna diürna, pela una cáscara azul.
Lucha un hombre en su espacio, instalado en la duda (inevitable),
Mientras un cuchillo penetra metafísicamente en dirección al centro
Neurálgico de las preguntas, a pasos agigantados.

¡Oh, maldición!

Lucha un hombre en su cuerpo pequeñito de crisálida,
Llamando a su madre, mientras un espasmo por su boca (un río)
Al aire sangra. Y en la tarde una paloma sacude de sus plumas sus plumas
Geométricas y perfectas, de pétreos cristales (arcanos y mutantes)
O signos del discurso de Tales de Mileto, o la decadencia del hombre:

¡Observemos el mundo!

O la transmutación. O la diversidad. O la mundología:
Espejismo del ente condenado a vivir sin respuestas.
Observemos nuestro mundo, nuestros versos de plomo:
Pesan y pesan, y sopesan la emboscada, que unas veces es la propia
Y otras veces es la ajena. Yo maldigo mi pluma de pluma:
Pétrea, pasiva, lenta, fantasiosa, mitómana, burguesa,
De estética greco-egipcia, de arquitectura escultórica,
Que no tiene sangre en las venas, porque la sangre es un río
Que fluye por las calles que estallan, que brota como espigas de niebla,
Que chilla “Dolor tras dolor” en una esquina palestina.
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poessia
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