Hemos descubierto un sitio web muy interesante, que se llama, "el Robot Pescador", de él hemos extraído el artículo "La Sombra de la Ignorancia", firmado por Pedro Pozas Terrados (escrito hace varios años, pero que no pierde por ello ni un ápice de actualidad), quien nos ha autorizado poder publicarlo aquí. El tema versa sobre el agua de mar y sus cualidades curativas, desinfectantes, etc.; en alguna ocasión nos hemos referido al agua en general y al de los mares en particular, y hemos pensado que tener que pagar por ella es un engaño de lesa humanidad... Nos os perdáis la lectura que sigue...
Artículo
escrito y enviado por PEDRO POZAS TERRADOS (NEMO)
Hace
menos de un año, UNICEF lanzó una campaña anunciando que tres
millones y medio de niños morían de infecciones en el mundo por no
poder lavarse las manos.
Sanjay
Wijesekera
Recientemente
Sanjay Wijesekera Director de los programas mundiales de agua,
saneamiento e higiene de UNICEF, ha declarado que:
“El
lavado de manos con jabón es una de las ‘vacunas’ más baratas y
eficaces contra las enfermedades virales, desde la gripe estacional
al resfriado común. Nuestros equipos sobre el terreno en Sierra
Leona, Liberia y Guinea están destacando la importancia del lavado
de manos como de una serie de medidas que son necesarias para detener
la propagación del ébola. No es una panacea, Pero es un medio
adicional de defensa que resulta barato y es fácil de conseguir”
En
estas campañas se pide dinero al ciudadano para que colabore y así
poder llevar equipos para potabilizar agua y de esta forma combatir
las enfermedades.
Pues
bien, yo me puse en contacto con la Presidenta de UNICEF en España y
le propuse que porqué no se plantean en utilizar simplemente agua de
mar para lavarse las manos que recogida en camiones cisternas
pudieran llevarse a los campos de refugiados.
Un
coste mínimo y muy fácil de poner en práctica.
El
agua de mar es de por si desinfectante.
La
contestación recibida es que ellos siguen las directrices de la
Organización Mundial de la Salud, que era buena idea pero que no se
podía poner en práctica.
De
nuevo la contesté que millones de personas que se bañan en los
mares de la Tierra en verano no tienen que pedir permiso de la OMS
para hacerlo.
¿Porqué
se debería pedir para usar el agua de mar para lavarse las manos sin
con ellos se salvaba millones de vidas?
No
he recibido contestación.
Cruz
Roja, Cooperación Internacional y Cruz Roja Internacional, también
callan. Sólo les interesa el dinero que puedan recibir de la gente
buena, pero no les interesa soluciones factibles, baratas y muy
fáciles de aplicar.
Que
el lector saque sus propias conclusiones.
Ante
esta situación me pregunto..¿Qué es lo que interesa a las grandes
organizaciones que dicen luchar contra el hambre y la desnutrición?
¿Dinero o soluciones?
Llevo
años escribiendo artículos, hablando con Instituciones, con
Asociaciones…que el agua de mar evita la desnutrición y es
preventiva de numerosas enfermedades si se toma tres vasos diarios
recogida directamente de la playa, en zonas limpias y transparentes.
Pero
parece que las soluciones sencillas, casi gratuitas y que no tienen
ningún beneficios económico; es mejor olvidarlas, enterrarlas y
tachar de loco a quien las propone.
Pero
la única locura es no aprovechar estas ideas que vienen de Rene
Quinton, un sabio francés que abrió decenas de dispensarios en
París donde curaba con agua de mar a los niños desnutridos y que en
1912 paro el cólera en Egipto.
René
Quinton, 1908
Es
mejor olvidar que con algo tan sencillo y que es abundante y gratuito
se pueden curar enfermedades y alentar por contrario, que los
fármacos y sus altos costes es la mejor solución para combatir las
enfermedades.
Puedo
entender este rechazo ante las Instituciones Oficiales de Salud que
cabalgan muchas veces sumidas en paradigmas obsoletos y que sólo
reaccionan cuando la OMS estornuda, pero no lo puedo entender en
Organizaciones No Gubernamentales que están trabajando en campos de
refugiados y que se encuentren igualmente sometidas a la ceguera de
la OMS, que mantiene contactos con la industria farmacéutica.
Por
otro lado, estos mismos organismos internacionales y los propios
responsables de los Estados civilizados se echan las manos a la
cabeza por uno o dos contagios de Ebola, alarmando a la sociedad,
mientras que 825 millones de personas se encuentran desnutridas en el
mundo y 25.000 personas mueren de hambre al día.
¿Nadie
se echa las manos a la cabeza por este horrible asesinato de miles de
personas?
Si,
asesinato, porque en la actualidad hay recursos suficientes para que
nadie tuviera que morir de esa forma terrible y sin embargo al
permitirse la especulación alimentaría, por culpa de los mercados y
gobiernos que no gestionan los recursos naturales con eficacia,
permitiendo que multinacionales arrasen los recursos, es un
asesinato, un genocidio masivo que el mundo occidental consiente y
alienta.
Esta
sociedad, cada uno de nosotros, debemos cambiar de rumbo.
Lo
vemos en los medios informativos que continúan saliendo políticos y
empresarios imputados, sin que les de vergüenza en absoluto,
justificando incluso sus actuaciones como nobles y que han sido
víctimas de un atropello político.
Este
sistema de odio, corrupción, negocio, riqueza para los más ricos,
recortes en la sanidad, en la educación, en los sueldos de los
trabajadores, en la precariedad de los mismos…es un sistema caduco
que la propia sociedad tiene que sanear o de lo contrario nos veremos
inmersos en un caos donde el dinero público será empleado para el
beneficio de las grandes empresas y de los bolsillos de algunos
políticos.
En
mi libro “Efecto Esmeralda”, dediqué un capítulo especial a
Proyecto Venus, un mundo ideal, donde el bienestar de las personas en
todos sus ámbitos es el factor fundamental de una sociedad distinta,
donde los recursos naturales son propiedad de todos.
¡Hasta
donde puede llegar la arrogancia y la falsedad, cuando gobiernos
apoyados a veces por ONGs, para declarar Parque Nacional en países
de África, Indonesia o Latinoamérica, expulsan por la fuerza a
nativos de sus tierras ancestrales para abandonarlos en los límites
del parque y después perseguirlos por cazadores furtivos si se les
encuentra dentro del Parque cazando como lo han hecho toda la vida!
Confundimos
en muchas ocasiones términos e intereses que van contra la propia
humanidad, contra la vida.
Los
Pigmeos son un ejemplo de ello; un pueblo que habitaba en los
Volcanes de Virunga en la República Democrática del Congo y que al
declararse Parque Nacional y Patrimonio de la Humanidad, fueron
expulsados de sus tierras con grandes promesas y hoy malviven en los
límites del parque y se les persigue por ser cazadores furtivos, por
realizar actividades en su propia tierra.
Todos
estos ejemplos me recuerdan que el hombre atraviesa un siglo de
decadencia bajo la sombra de la ignorancia, de la inutilidad de
gobernantes que se rodean de personas sin escrúpulos que sólo
buscan la riqueza.
Menos
mal que la muerte no se puede comprar y que por mucho dinero que
tengan, cuando llegue su hora no la podrá comprar y espero también
que exista un más allá y que estos humanos mutantes de maldad por
llamarlos de alguna forma, paguen por todos los crímenes durante
toda la eternidad.
¿Cómo
podemos llamarnos humanos ante tanto sufrimiento en guerras, en
conflictos, en corrupciones, en asesinatos masivos, en la
especulación y en el robo?
La
sombra de la ignorancia borra las neuronas del cerebro.
¿Porqué
no aplicar agua de mar para lavarse las manos si con ello evitamos
millones de muertes? ¿Por qué cierran filas a algo tan sencillo y
noble? ¿Qué ocultan?
¿A caso interesa que las enfermedades continúen y que la problemática del hambre e infecciones por falta de higiene no interese ser combatida?
No
me queda otra explicación y mis lágrimas sacuden la conciencia de
la impotencia, de los oídos sordos, de la sombra de la ignorancia,
de humanos que son sólo máquinas frías sin emociones y sin
escrúpulos que sólo buscan el horror de la muerte violenta.
Tenemos
que cambiar de ruta, de tomar todos juntos un cambio de dirección
para conquistar un mundo de igualdad y bienestar que nos quieren
usurpar.
De
nosotros depende en gran medida que las cosas sigan igual que hasta
ahora o peor, o que por el contrario, podamos desempolvar la sombra
de la ignorancia, haciendo de este mundo un lugar de armonía, de
amor a la naturaleza, de protección a la biodiversidad de nuestro
planeta y de conseguir que la sociedad mundial abra los ojos y
tomemos el destino de la dignidad humana.
¿Cómo
lo hacemos? Con una visión global y una acción local.
Las
elecciones están por venir, algunos políticos están perdiendo sus
papeles, la corrupción y los privilegios acampan en las sociedades
mundiales, no solo en España. Nuestra voz, nuestro voto, nuestro
grito a la libertad debe de unirse por el bien de nuestros hijos y de
las generaciones futuras.
Tú
decides.
PEDRO
POZAS TERRADOS (NEMO)
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