LA RUEDA
Notaba cierto vacío
en una noche como esta.
Faltaba quizá el espíritu.
Sobraban quizá los disfraces.
Las calles retumbaban
en una noche como esta.
Faltaba quizá el espíritu.
Sobraban quizá los disfraces.
Las calles retumbaban
a lo lejos y
el silencio emergía de las bocas
ya viejo, cansado, abatido.
Hoy se veía una estrella allá arriba
y una rueda que nunca dejará de girar...
porque esa es nuestra rueda,
ya vieja, cansada, ignorada.
Alberto Gómez García
El alma y el espíritu
¿Cuándo se nota cierto vacío?... El artista (Alberto) lo deja claro en el tercer verso: "Faltaba quizá el espíritu"... La noche (esencia poética) está presente, tal vez en consonancia con el cuarto verso: "sobraban quizá todos los disfraces", porque es entonces, en la oscuridad, cuando de nada sirven las máscaras, y el fondo humano se halla en su más auténtico mundo o naturaleza, el espíritu, o tal vez el alma -no la comprendida por la psicología, pues no hablaríamos exactamente de aquello que pudiera estar localizado en un punto concreto, ni del cerebro ni de otro órgano corporal: nuestras hipótesis se alejan de postulados conductistas-.
El poema habla -más allá del autor, por aquello de que la obra lo supera e inicia un camino vital propio y autónomo- del silencio (lo que es afín al espíritu, el alma, la noche, y tal vez el vacío), un silencio "ya viejo, cansado, abatido", y en contrapartida "Las calles retumbaban... a lo lejos...", y es que, acaso, el ruido siempre esté lejos (del alma y del espíritu). En esta coyuntura, "las bocas" podrían ser las ganas, la intención, el pensar, incluso la intuición..., quizá resignados, o hartos, o laxos...
La última estrofa (y el poema entero) se la cedemos a interpretadores rigurosos académicos, y a ti, querido lector. No hemos destripado el poema, tan solo lo hemos reinventado. Son dos los secretos que subyacen: el del autor y el del propio poema.
Aún así, decimos: el poema finaliza con la esperanza, la de ver "una estrella allá arriba"... y sobre todo "una rueda que nunca dejará de girar". Si algo podemos tener claro en la vida (la "rueda") es eso, el movimiento. También nos quedamos, porque nos transmite mucho -aquí pasamos de la ilusión a la cruda realidad-, con el adjetivo "ignorada": lo que este sistema lleva a cabo desde tiempos inmemoriales: cansar, abatir, envejecer, ignorar..., al ser humano: esa criatura plena; que vivía en la luz; que sobre todo era espíritu; que no necesitaba "disfraces"; que su música la encontraba en el silencio...; jovial y vigorosa...
(Con el permiso de Alberto Gómez García)
Imagen: pixabay
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