Un anciano es el hijo de sí mismo,
y es nieto de su infancia.
Un hijo, de su futuro, es padre,
y es hijo de su pasado.
Un niño es el padre de un doncel,
y abuelo de su futuro.
Los antiguos egipcios(*) concebían,
de manera simbólica,
otra evolución humana.
El hombre renace,
se transforma y crece, como hombre,
y se convierte en niño, en cada cambio.
Crecer supone ser el hijo (en el presente,
quien nace de una madre) del pasado.
poessía
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