Estamos rodeados de publicidad engañosa,
de consejos inútiles, porque inútil es todo aquello
que más tarde o temprano se convierte en inútil,
de vídeos que ves a la derecha o la izquierda
de tu página email, con chorradas o carteles
o propaganda que tienes que ir evitando si andas
por un andén de Metro, o quieto esperando un bus,
y no digamos si abres un periódico al azar
(de las revistas, vel loquuntur); y la televisión...,
me lo tengo prohibido. Éste es el mundo en que vivimos,
y no ser consciente de ello, pero realmente consciente,
no semiinconsciente, es el fin perseguido
por una sociedad que se retroalimenta;
pero también devora, sobre todo los sesos.
Desaprendemos la intuición, de niños,
para aprender la cultura, para aprender a trabajar,
para aprender a tragar mierda y más mierda,
con tanto consumismo: fin último a que aspira
el sistema (con minúscula, por la poca importancia
desde un punto de vista humano).
poessía
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