Einstein dijo: “La única cosa realmente valiosa es la INTUICION “. Pero, ¿qué es la intuición? Bueno, si yo tuviera que definirla, como la siento, diría de ella que es el acceso a una fuente infinita de información, que está ahí, y que si es bien usada nos pueda dar muchas satisfacciones. Además, me atrevería a decir, que es como un canal de comunicación entre nosotros y Dios. En la biblia se puede encontrar escritos que hacen referencia a la intuición, como por ejemplo, 1 Corintios 2:11 "Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios."
De acuerdo a mi experiencia puedo indicar que Dios tiene dos formas de comunicarse conmigo, una directa y otra indirecta. Indirectamente se ocupa de que me “ocurran” cosas, que aparentemente se podrían interpretar como casualidades. La otra es directamente a través de la intuición. Cuando siento algo que me mueve por dentro, una especie de presentimiento, no lo ignoro, actúo de inmediato. Me imagino que ambos mecanismos de comunicación son parte de la divina providencia, que es el medio por y a través del cual Dios gobierna todas las cosas en el universo. Esto incluye al universo en su totalidad (Salmo 103:19), el mundo físico (Mateo 5:45), los asuntos de las naciones (Salmo 6:7), el nacimiento del ser humano y su destino (Gálatas 1:15), los éxitos y los fracasos humanos (Lucas 1:52), y la protección de Su pueblo (Salmo 4:8). Esto tira por tierra la teoría de que el universo sea gobernado por el destino o por la casualidad.
Las que por naturaleza fueron dotadas de una potente y desarrollada intuición son las mujeres. Rudyard Kipling dijo respecto a ellas: “La intuición de una mujer es más precisa que la certeza de un hombre”. Estoy de acuerdo con ello, por eso mejor no mentirle a una mujer, te pillará fácilmente y podría traerte consecuencias.
Ahora bien, si somos capaces de escuchar a nuestra intuición, o sacarla al exterior usando elementos adicionales, nos ayudará a ir por el camino apropiado, desde donde estés y a donde quieras ir. Es por esto que debemos tratar de comunicarnos diariamente con esta facultad para así convertirla en un hábito de conexión que nos dará múltiples beneficios. En esa conexión sentirás que no estás solo y que tus intuiciones empezarán a multiplicarse.
En definitiva, la mente intuitiva es un regalo y la mente racional, un leal siervo. Pero nuestra sociedad actual honra al siervo, se olvida de escuchar la voluntad de Dios e ignora por completo su regalo.
Publicado con el permiso del autor.
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